martes, 31 de enero de 2012

Consejos para tener un buen hábito de estudio

Trucos para convertir el estudio en hábito

1- Organiza las tareas del día. Cada noche, antes de ir a la cama, piensa (también lo puedes escribir) las tareas pendientes para la jornada siguiente. Organízalas de acuerdo a tus necesidades e incluye un horario diario para el estudio.

2- Una vez que establezcas el horario, trabaja por cumplirlo. Probablemente, habrá días en que flaquees, pero no desistas, de ello depende que cada día sea más sencillo cumplir con lo propuesto. Llegará el momento, incluso, que cuando no lo hagas te sentirás culpable y buscarás el momento de hacer lo que dejaste pendiente.

3- Escoge un lugar tranquilo y silencioso para estudiar. Puede ser tu cuarto, un salón apartado, una biblioteca, o la sobra de un árbol, pero libre de elementos disociadores que te distraigan.

4- No dediques más de 90 minutos al estudio de la misma materia. Transcurrido ese tiempo descansa 15 minutos y comienza con otra asignatura.

5- No planifiques el estudio inmediatamente después de la comida, espera al menos hasta 30 minutos después.

6- Permítete un día libre a la semana y sé tu propio supervisor. Evalúate diariamente con sinceridad y reconoce cuándo avanzas y cuándo no.

7- Cultiva la persistencia y la disciplina sin llegar a imponer la rigidez como método. En tu agenda de estudiante podrían aparecer tareas no previstas, eso es parte de la vida y evitarlas te será prácticamente imposible, pero trata de no comprometer en ellas tu tiempo de estudio. Ese debe ser tan inviolable como el desayuno.

8- Estudia, sobre todo, por tus libros de texto. Las notas de clase son apenas un apoyo, pues el verdadero contenido está en la bibliografía indicada por los maestros entre las que los textos escolares son esenciales.

9-No memorices, razona, intenta explicar las respuestas más repetirlas mecánicamente.

10- No seas finalista. Si vas incorporando los conocimientos en la misma medida en que los maestros los van indicando, no necesitarás grandes maratones de estudio antes de los exámenes y el aprendizaje será mucho más eficiente.

11- Estudia primero en solitario y cuando tengas vencido los objetivos principales, hazlo en colectivo. El estudio en grupo es efectivo pero requiere que todos estén igualmente interesados, de lo contrario la sesión podría derivarse en una tertulia entre amigos y para ellas sobra tiempo.

martes, 24 de enero de 2012

Cambios hormonales y la práctica del deporte en la adolescencia.

Cuando practicamos ejercicios se desatan una serie de cambios hormonales, metabólicos, neurológicos que resultan beneficiosas al organismo. En esas circunstancias, la perfusión de los pulmones se hace más intensa y se facilita el paso de oxígeno de los alvéolos a los capilares pulmonares, mejorando la función respiratoria, el rendimiento cardiovascular, y hasta el estado de ánimo.


Si esta actividad las realizamos cuando nuestro cuerpo aún está en pleno desarrollo como ocurre en la adolescencia y juventud, potenciamos las capacidades de órganos y músculos, entrenándolos para soportar cargas mayores en la adultez.

La práctica sistemática de un deporte promueve el metabolismo de los triglicéridos, reduce la tensión sistólica y diastólica, previene la hipertensión, el sedentarismo y la obesidad, aligerando así la carga que nuestros huesos deben soportar.

Quizás parezca increíble, pero los ejercicios también activan el tránsito intestinal y disminuyen el tiempo de contacto entre la mucosa del cólon y ciertas sustancias cancerígenas que es preferible evadir.

martes, 17 de enero de 2012

Ajustándose a un nuevo cuerpo

Nos damos cuenta de cómo luce el cuerpo justamente alrededor del momento cuando nuestros cuerpos comienzan a cambiar. Esto puede hacer que sea difícil lidiar con los cambios físicos desde un punto de vista emocional.

Ajustarse a los cambios del cuerpo es algo más que acostumbrarse a cómo luce. Muchos adolescentes basan su imagen de sí mismos sobre cómo sienten sus cuerpos y cómo se desenvuelven. Hasta hace un año, Wes, de 15 años, era un corredor rápido en muy buena forma y en quien siempre se podía contar para que ganara las competencias de su equipo. Wes tiene ADHD, y algunos días parecía que correr era la única cosa que podía hacer bien. Así que cuando empezó a desarrollar un físico más compacto y muscular y sus marcadores de velocidad se hicieron más largos, la confianza en sí mismo de Wes sufrió un golpe inesperado.


Los cambios en la apariencia de nuestros cuerpos, la habilidad - incluso pequeños detalles como la forma en que olemos - son partes perfectamente normales del crecimiento. Así que ¿Qué es lo que puedes hacer para ajustarte física y emocionalmente a los cambios que trae tu desarrollo? Aquí te damos algunas ideas.

Atención - ¡No te compares! Es natural que te fijes en tus amigos como punto de comparación. Pero no es una buena idea. Compararnos con otras personas es problemático porque cada persona se desarrolla de forma diferente y en distintos períodos de tiempo. Si atraviesas lo que se llama un estirón, un crecimiento rápido, puede que te sientas muy alto. Y al mismo tiempo tu amigo(a) puede que se sienta que él o ella es muy pequeño(a). Generalmente es más difícil para las personas que se desarrollan primero o más tarde.

También es una mala idea compararnos con las celebridades y las modelos. En realidad, la mayoría de las personas no se ven como la variedad limitada de cuerpos que ofrecen los medios de comunicación. (En realidad, las modelos tampoco se ven como lo que vemos en los medios: Muchos de esos cuerpos "perfectos" se ven de esa forma después de editar las fotos, no por su propia naturaleza.)

Olvídate de los anuncios de las revistas- en su lugar, ponte a ver las fotos de tu álbum familiar. Los anuncios venden fantasía, en lugar de realidad. Es fácil soñar con convertirse en un o una modelo de Abercrombie, pero dejar que las esperanzas y las expectaciones se salgan de nuestras maños sólo puede entristecer a una persona.

martes, 10 de enero de 2012

Por cada chico deprimido hay dos chicas con depresión.

Tristeza, abatimiento, desmotivación, aburrimiento... Muchas chicas no saben porque se sienten mal, sin embargo estos síntomas son señales de depresión. 8,5% de las chicas adolescentes entre 12 y 17 años sufren de depresión. Un trastorno que afecta con el doble de frecuencia a las chicas (13% de ellas) que a los chicos (4,6%).

Estos datos son el resultado de un importante estudio realizado por el Servicio de la Administración sobre Abuso de Sustancias y Salud Mental de EEUU que alerta hay 2 millones de adolescentes con síntomas de depresión en Estados Unidos.


Los especialistas sospechan que estas cifras están directamente relacionadas con el aumento de los suicidios, que se han convertido ya en la tercera causa de mortalidad entre los 15 y los 24 años en aquel país.

En total, participaron en la encuesta más de 67.700 jóvenes entre 12 y 17 años que respondieron un detallado cuestionario sobre su estado de ánimo y los posibles síntomas de depresión que sufrían. Los episodios graves se definen en este trabajo como aquellas que se prolongan durante más de dos semanas, caracterizados por el apagamiento y la falta de interés por las cosas, combinados con problemas de sueño, falta de energía y de concentración y rechazo a la propia imagen corporal. Según esta definición, el 91% de los entrevistados que se había sentido deprimido en los últimos 12 meses reconoció haber tenido más de un periodo depresivo de dos semanas a lo largo de su vida.